El paradigma del docente en el aula, el libro de texto, el tiempo de cursada, la modalidad de examen está relativizado con la irrupción de la modalidad de educación virtual. Se puede decir por lo menos, que hay otras opciones.
En la educación virtual o e-learning alumnos de distintas partes del país se encuentran en un aula virtual en la que comparten una materia, y pasan a conocerse haciendo uso pleno de la tecnología que el entorno les permite: presentación, fotos, biografía de su formación. En este marco, son asignados docentes a grupos de alumnos, con quienes se comunican virtualmente para darles información general sobre la materia, enviarles las clases semanales, la bibliografía a descargar, y también los trabajos prácticos que correspondan, sean individuales o grupales.
Gracias a la tecnología, docente y alumno pueden construir una relación asincrónica en la cual no necesitan coincidir en tiempo y espacio para generar aprendizajes.
La relación docente- alumno conserva algunos de los aspectos tradicionales pero tiene cambios fundamentales que hacen a un proceso diferente de enseñanza-aprendizaje.
Lo que antes siempre estaba mediatizado por el maestro, en cuya responsabilidad estaba el saber y la versión que se transmitía, pasamos a un universo en el cual el alumno es quien tiene la posibilidad de acceder a ese contenido, y ese el maestro quien debe guiarlo en su aprender. Por otro lado, el alumno tiene la “responsabilidad” de estar al día con las clases, el material de lectura, la presentación de los trabajos, tal como lo haría en la modalidad presencial.
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