Además, definir música ambiental para toda la casa o variarla según las habitaciones, bajar una pantalla para una proyección de películas, o esconder un televisor de plasma detrás de un cuadro que se desliza. También es posible, tocando un par de botones, abrir la puerta de entrada, desactivar la alarma y cosas por el estilo. Las opciones más sofisticadas involucran sensores de presencia que hacen que las luces de un pasillo se vayan prendiendo a medida que alguien lo recorre, o que se apaguen en una habitación vacía. También, que los regadores del jardín se activen según el clima: si llovió, no riegan; si hace mucho calor, riegan más.
Una función atractiva para quienes planean dejar su casa sola por un tiempo es la simulación de presencia: las luces se encienden solas a la noche por unas horas, luego se apagan, funciona el televisor, la radio, etcétera.
Todo esto lo maneja una computadora en la casa, que se controla con una pantalla sensible al tacto donde se despliega un plano de la casa y las opciones de control para cada habitación. También es posible controlar los dispositivos desde una PC, corriendo un software que emula al control central. Si la casa tiene banda ancha, se puede activar cualquier función en forma remota: prender el aire acondicionado, bajar las persianas, encender las luces de la entrada, por ejemplo.
Si se instalan cámaras IP -capaces de transmitir video por medio de Internet-, éstas podrán ser controladas desde cualquier PC, tanto si detectan movimiento y envían en forma automática un mensaje al celular o a un e-mail como si se quiere ver cómo juegan los chicos en su cuarto. Incluso es posible activar escenarios desde el teléfono celular. Un escenario es el disparo de hasta una treintena de acciones coordinadas, una manera de configurar toda la casa, o un sector específico, con un solo botón.
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